El tapiz del general San Martín: historia de una restauración

Comenzó el 08 de MAYO 2018 Finaliza el 19 de AGOSTO 2018

Obras maestras de la Manufacture des Gobelins de Francia

INFO

ABIERTA Comenzó el 08 de MAYO 2018 Finaliza el 19 de AGOSTO 2018

  • HorariosMartes a viernes, de 11 a 20. Sábados y domingos, de 10 a 20.
  • Cantidad de obras14
  • SalaSala 32 "y 33" (primer piso)

SOBRE LA EXHIBICIÓN

​El Museo Nacional de Bellas Artes exhibe, del 8 de mayo al 19 de agosto, el histórico gobelino “El General San Martín cruzando los Andes” —donado por Francia a la Argentina en 1916, y recientemente restaurado en la prestigiosa manufactura real—, junto con una destacada selección de tapices antiguos, modernos y contemporáneos de artistas como Charles Le Brun, Joan Miró, Fernand Léger, Sonia Delaunay, Antonio Seguí y Alicia Penalba, fabricados en la Manufacture des Gobelins de París.

La historia de las naciones cabe en sus imágenes y en sus textos. La palabra texto procede de ‘tejido’: la trama de la historia es, pues, un laborioso telar de aventuras y dichas (y su revés de trama: las inevitables desventuras) cuyo tapiz llamamos naciones.
Los Estados conmemoran su existencia a través de distintas ceremonias y fastos, en los cuales las artes cumplen un rol fundamental. Con motivo del Centenario de la Independencia argentina, en 1916, el tapiz El General San Martín cruzando los Andes fue obsequiado por Francia a nuestro país. Diseñado por Alfred Roll (1846-1919), pintor oficial de la Tercera República, muestra al Libertador en el cruce de los Andes rodeado por su ejército, en un estilo naturalista que enfatiza el carácter épico de la empresa. En la historia de la iconografía sanmartiniana, este tapiz ocupa un lugar muy especial: remite a la relación entre Estados soberanos que refrendan sus memorias liberadoras a través de una de sus figuras mayores, en quien se anuda el ímpetu emancipador con el destino de exilio en la que fuera su patria electiva.

Hoy, el Museo Nacional de Bellas Artes se enorgullece al exhibir, antes de su definitivo reemplazamiento en la Casa Rosada, El General San Martín cruzando los Andes, que ha sido restaurado por la Manufacture des Gobelins gracias al Gobierno de Francia y a las empresas auspiciantes. La obra es expuesta junto a piezas de su acervo patrimonial, que reúne tapices antiguos, de los siglos XVII al XIX, y otros de maestros modernos como Joan Miró, Fernand Léger, Sonia Delaunay, Alicia Penalba, Roberto Matta, Antonio Seguí y Bertrand Lavier. En suma, una variedad de estilos que ha ido conformando este arte, no siempre del todo conocido y apreciado por el público argentino.

Andrés Duprat
Director
Museo Nacional de Bellas Artes

Las manufacturas de tapices de Gobelins y Beauvais 

A mediados del siglo XV, Jehan Gobelin estableció un taller de tintura en el suburbio de Saint-Marcel, por donde corría el arroyo Bièvre, famoso por las cualidades tintóreas de sus aguas. Fue allí donde, en 1662, se fundó la Manufactura Real de Tapices, que lleva el nombre del célebre tintorero y cuya producción estaba destinada a decorar las residencias reales o a convertirse en obsequios diplomáticos. Dos años más tarde, Luis XIV instauró la Manufactura Real de Tapices de Beauvais, empresa privada que gozaba de la protección del rey y tenía como objeto responder a la creciente demanda de clientes particulares y limitar la importación de tapices extranjeros.
Caracterizados por su aspecto monumental y su flexibilidad, los tapices se presentaban en forma de series murales, que se colgaban en salones de recepción, y también, con motivo de ceremonias, cortejos, espectáculos ligados a la liturgia, o eran presentados en honor al soberano y su familia.
En el siglo XVIII, los usos del tapiz no cambiaron, y el entusiasmo de la realeza por las producciones originales de Gobelins inauguró una auténtica edad de oro para el taller. La Manufacture de Beauvais también fue particularmente dinámica durante el Siglo de las Luces y contaba con una clientela cada vez más internacional.
Tras sufrir los embates de la Revolución Francesa en 1789, las manufacturas de Gobelins y Beauvais fueron reactivadas por Napoléon en tiempos del Consulado y del Imperio. En el siglo XIX, oscilaron entre diferentes estatus: imperiales, reales o nacionales, lo cual tuvo una incidencia en sus producciones. La segunda mitad de esta centuria asistió a la disminución de las series murales. De las manufacturas salieron cada vez más piezas únicas. En 1871, tras la caída del Segundo Imperio, las creaciones de Gobelins y Beauvais pasaron a decorar edificios públicos y grandes instituciones. Los temas representados evolucionaron en función de los lugares de exposición y el formato tendió a disminuir.
En el siglo XX, los modernos hicieron su aparición en los telares. Comenzó a tejerse según modelos de Matisse, Picasso, Miró. Durante tiempo, las producciones de las manufacturas habían representado el gusto “oficial” o del público. Luego de la Segunda Guerra Mundial y en sintonía con las tendencias del arte no figurativo, empezaron a tejerse motivos abstractos.
Principalmente después de los años 1950, ambos talleres invitaron a artistas internacionales a proveer modelos, que fueron traducidos en tapices. El siglo XXI se liberó por completo de una visión reductora y prueba de manera continua que un savoir-faire multisecular puede ir de la mano de la innovación. Desde luego, la inventiva del artista y del tejedor continúan siendo esenciales en el proceso de creación. Al escoger trabajar con personalidades destacadas de la época, franceses y extranjeros, las manufacturas se inscriben en la actualidad cultural y dan cuenta de su dinamismo.

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"El tapiz del General San Martín: historia de una restauración. Obras maestras de la Manufacture des Gobelins de Francia” cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, la Embajada de Francia en Argentina, el Instituto francés de Argentina, y el patrocinio de la empresa Groupe PSA Argentina.

​​La exposición podrá visitarse hasta el 19 de agosto, de martes a viernes, de 11 a 20, y sábados y domingos, de 10 a 20, en las salas 32 y 33, ubicadas en el primer piso del Museo.